La escritura es un verdadero placer. El propio y simple acto de escribir, dejar desplazarse la mano con su extensión en forma de pluma o bolígrafo
a través del papel, como un acto de liberación mágica. De algún modo una puerta se abre, y uno forma parte del acto como espectador, y deja que la escritura fluya, siendo un canal, un medio para la expresión. Es un momento de mágico fluir donde no se presta atención racional, uno se funde con el proceso mismo.
Me gusta prácticar la llamada escritura creatica o práctica de la escritura cuando no hay control racional ni pretensiones, sólo el acto libre de la propia escritura.
a través del papel, como un acto de liberación mágica. De algún modo una puerta se abre, y uno forma parte del acto como espectador, y deja que la escritura fluya, siendo un canal, un medio para la expresión. Es un momento de mágico fluir donde no se presta atención racional, uno se funde con el proceso mismo.Me gusta prácticar la llamada escritura creatica o práctica de la escritura cuando no hay control racional ni pretensiones, sólo el acto libre de la propia escritura.
1 comentario:
Pues mira que es casualidad: Hace unos días, Jan Puerta daba una medalla a la lectura en su blog y yo tuve el placer de comentarle:
"Aún más placer bestial es escribir. Lo que pasa es que requiere de más tiempo y más preparación que la pasividad lectora. Doy fe que es mucho más gratificante leer las propias palabras que las ajenas cuando uno hace un esfuerzo para poner sus pensamientos en un papel con algo de ritmo y entonación en la escritura. No hay color. Y se descubren muchísimas cosas ocultas o imposibles ante nuestros propios ojos y nuestra propia pluma. Un fuerte abrazo." Me reitero.
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